La ciencia, a la expectativa de Trump como presidente

(Pixabay)

No hubo palabras para la ciencia, la educación o la investigación en la primera rueda de prensa concedida el miércoles por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que tomará posesión de su cargo la próxima semana. Es una mala señal para las voces que, dentro de la comunidad, le han pedido que su administración dé la prioridad que merece el ámbito científico.

Un ejemplo es la petición en Change.org que lanzó la Unión Geofísica Americana (American Geophysical Union, AGU): «Presidente electo Donald Trump: lleve la ciencia a la Casa Blanca», en la que urgen al magnate a que nombre un consejero de Ciencia. «La ciencia está en el ADN de Estados Unidos», dice la AGU en su petición. «Juega un papel integral en la seguridad de la nación, el crecimiento económico, la salud pública y la infraestructura. Nombrar rápido un consejero de Ciencia permitirá a su Administración maximizar las inversiones en ciencia y desarrollar un plan estratégico que asegure el liderazgo científico de Estados Unidos».

Un artículo publicado en Science este jueves sobre la postura sobre distintos asuntos científicos de los recientes nombramientos de Trump para su gabinete es una prueba de que la comunidad no cejará en la supervisión crítica de esta Administración.

Desde que el magnate resultó vencedor de las elecciones, el pasado 8 de noviembre, y antes, durante la campaña, han sido numerosas las instituciones, publicaciones y foros científicos que han manifestado su preocupación sobre qué le deparará a la ciencia con una administración liderada por él, habida cuenta de las posturas en contra que ha tomado en asuntos tan relevantes como, por ejemplo, frenar el cambio climático. A la designación como vicepresidente de un creacionista como Mike Pence se unió el desalentador nombramiento de Scott Pruitt, fiscal general del estado de Oklahoma y conocido escéptico del cambio climático, como director de la Agencia de Medio Ambiente (EPA, por sus siglas en inglés).

Algo más alentador es que el próximo secretario de Estado, Rex Tillerson, ex director ejecutivo de Exxon Mobile, haya sugerido que es mejor que Estdos Unidos permanezca dentro del Pacto de París sobre el cambio climático, como destaca la revista Nature esta semana.

American Scientist, la revista de Sigma Xi, incluye en su último número un artículo en el que advierten que la comunidad enfrenta, con la Administración Trump, no solo un recorte a las inversiones sino ataques directos a la experiencia científica. Por eso, dice la nota, se acabó la era de la complacencia: los científicos estadounidenses deben unirse en estrategias que logren un aumento de los fondos para la educación superior y una bajada de los costos.

La Academia Mexicana de Ciencias se solidariza con sus colegas del Norte a través de su presidente, el doctor Jaime Urrutia Fucugauchi, que declara:

Una de las preocupaciones en la comunidad científica es la implementación de políticas que limiten la cooperación y la movilidad entre países. La discusión y el libre intercambio de avances, descubrimientos, ideas y propuestas constituyen elementos esenciales para el desarrollo de la ciencia. Los programas de colaboración, intercambio académico, movilidad de estudiantes en los programas de licenciatura y posgrado, proyectos científicos y tecnológicos, actividades conjuntas, congresos y simposios se han incrementado en los años recientes. Estas actividades son importantes y aportan beneficios a los dos países; limitarlas o suspenderlas solo traerá problemas y ocasionará daños a corto y largo plazo en el desarrollo científico.

En las sociedades del conocimiento, la ciencia, la innovación y la tecnología son las bases y los motores del desarrollo de las naciones. La investigación científica está sustentada en la libertad y universalidad del conocimiento. La generación y consolidación de las capacidades de investigación e innovación, fundamentadas en sistemas educativos de calidad, son objetivos compartidos por las academias de ciencia y las redes global y regionales de academias de ciencia. La Academia Mexicana de Ciencias refrenda su interés y disposición para mantener y ampliar la colaboración con la Academia Nacional de Ciencias en los Estados Unidos, en un marco de igualdad y libertad e intensificar sus actividades y programas de colaboración internacionales.

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