
Chicxulub Horizontal Gradient-Chicx03A borehole
La misión cumplió su objetivo principal. Las rocas recuperadas por la perforación del cráter de Chicxulub en su parte submarina, llevada a cabo en las costas de Yucatán entre los pasados abril y mayo por la Expedición 364 del Programa Internacional de Descubrimiento Oceánico (IODP por sus siglas en inglés), han confirmado la hipótesis que se tenía hasta ahora de cómo se forman los anillos de picos en cráteres como éste, provocados por impactos de meteoritos gigantes. La noticia la publica la revista Science en un extenso artículo en su número de este viernes.
Con el título «The formation of peak rings in large impact craters» («La formación de anillos de picos en grandes cráteres de impacto»), el artículo está firmado por las 38 personas que integraron en total la expedición, tanto científicos como personal técnico, incluidos los 12 investigadores que pudieron trabajar en la plataforma anclada al suelo del océano. Entre todos ellos destacan los investigadores del Instituto de Geofísica de la UNAM Ligia Pérez Cruz y Jaime Urrutia Fucugauchi, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias. El doctor Urrutia fue uno de los codirectores del equipo, junto a Sean Gulick, de la Universidad de Texas, y Joanna Morgan, del Imperial College de Londres, bajo la coordinación del Consorcio Europeo para la Perforación de Investigación Oceánica.
El texto explica que las muestras recabadas coinciden con el modelo teórico de colapso dinámico con el que se trabajaba previo a la perforación. Los grandes impactos de asteroides, continúa, como el que hace 66 millones de años se estrelló contra lo que hoy es la península de Yucatán y que provocó un cambio climático súbito que acabó en dos años con el 75% de la vida en el planeta, entre ellos los grandes saurios, moldean las superficies de los planetas mezclando materiales de la superficie con rocas más profundas.
Los picos centrales se forman por el levantamiento de rocas durante la formación del cráter. Apenas unos segundos en los que una gigantesca bola de fuego, producto de la desintegración al contacto con la atmósfera de un meteorito entre 10 y 12 kilómetros de diámetro, convirtió la piedra sólida en una masa moldeable y dejó una cicatriz de unos 200 kilómetros de diámetro. A medida que el tamaño del cráter aumenta, los picos centrales se convierten en anillos de picos.
El artículo recuerda que antes de tener estas muestras, la mecánica de formación de los anillos de picos era objeto de debate y hace hincapié en que Chicxulub es la única estructura de impacto conocida en la Tierra con un anillo de picos nítido, pero que está enterrada y sólo es accesible mediante perforación, como la que realizó la Expedición 364. Los científicos que la integran encontraron que se formó por rocas subterráneas levantadas y fracturadas. Las rocas del anillo de picos, detallan, están cortadas transversalmente por diques y tienen una densidad inusualmente baja y velocidad sísmica. Por lo tanto, concluyen, los grandes impactos generan flujos verticales y aumentan la porosidad en la corteza planetaria.
El estudio de las muestras, que tuvo lugar en Bremen, Alemania, entre septiembre y octubre, no acaba aquí. Las evidencias servirán para seguir estudiando qué pasó en nuestro planeta después del impacto y ayudarán a determinar tanto el fenómeno de extinción masiva como la posterior recuperación de la vida.









